Después de 9 meses de dura actividad
escolar, el periodo de verano es esperado con ansia para los más pequeños.
Durante tres meses, se acabaron los madrugones, los deberes y las clases, y
bienvenidos sean la diversión, los helados y las piscinas.
Un descanso es recomendable, siempre que
durante el curso se hayan realizado los esfuerzos oportunos para buenos
resultados, y además, es sano. Al igual que los adultos necesitan unas
vacaciones laborales, los niños requieren de días libres para desconectar y
relajarse.
Sin embargo, ello no quiere decir que
durante los 3 meses se olviden de lo aprendido durante todo el curso, y es que
son muchos los estudios que demuestran que la ausencia completa de formación
durante 3 meses hace que la vuelta al cole sea mucho más difícil.
La lectura. La lectura no tiene por qué
considerarse como una actividad escolar, sino divertida, elegir libros que
motiven a leer, porque sí, es una buena forma de mantenerse activos en verano,
sin darse cuenta. Es sobre todo importante, para niños que estén empezando a
leer o que estén aprendiendo ortografía y gramática.
Clases de inglés. Una inversión con mucho
futuro, se mire como se mire, las clases de inglés en verano no solo se basan
en libros y gramática, sino que tiene muchas actividades que unen el
entretenimiento, las manualidades o el ejercicio con el inglés.
Libros de actividades. Hay libros
divertidos y con actividades para verano, adaptados para los distintos cursos escolares,
también en Internet se pueden encontrar actividades para reforzar lo aprendido
en clase.
Una hora diaria de estudio puede ser más
que suficiente para que lo aprendido durante el curos, se refuerce, después de
todo, quedan otras 23 para disfrutar del verano.
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