Como se sabe, el inglés es una asignatura que forma parte de la
asignaturas obligatorias de todos los años de estudio, pero más allá de ser una
obligación, el inglés es una necesidad para acceder al mundo laboral.
El problema de muchos estudiantes de inglés está, precisamente,
en que aunque han estudiado inglés durante muchos años, lo cierto es que no
saben hablarlo. Todo ello es consecuencia de la falta de práctica, y de un enfoque
en la enseñanza en el que hablar inglés es secundario.
Ello no quiere decir que naturalizar en inglés de forma hablada
tenga que convertirse en asignatura pendiente para cuando se tenga tiempo o
para cuando sea realmente necesario.
Hablar inglés se puede convertir en parte del juego y de la
actividad diaria: ¿qué tal dar un paseo por el parque y recordar en vocabulario
aprendido en en curso? ¿O quizás un día de compras en inglés?
El deporte y los juegos tradicionales también pueden ayudar, en
lugar de jugar al escondite, se pueden apostar por el “hide and seek”o
cualquier juego con números, como la pañoleta, se pueden desarrollar en inglés.
Un poco de imaginación y creatividad, y en inglés se convertirá
en parte del día a día, sin darnos cuenta.
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